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Vacaciones de julio 2025 en Uruguay: una experiencia única para reconectar con la naturaleza, la cultura y el bienestar

Cuando el invierno llega al sur del continente, Uruguay despliega una cálida invitación a vivir sus paisajes, su historia y su hospitalidad. Las vacaciones de julio 2025, que en Primaria se extienden del 30 de junio al 4 de julio, y en Secundaria y enseñanza terciaria hasta el 11 de julio, son una oportunidad perfecta para descubrir destinos nuevos o reencontrarse con rincones ya conocidos del país.

Desde el campo sereno hasta las costas vibrantes, pasando por termas relajantes, museos fascinantes y joyas naturales escondidas, Uruguay ofrece experiencias para todas las edades y gustos. Ideal para viajar en familia, en pareja o en solitario, el país se transforma durante el receso invernal en un abanico de opciones que combina bienestar, naturaleza, cultura y aventura.


El campo: refugio de paz y conexión

Una de las postales invernales más acogedoras de Uruguay es la del campo, con su estufa a leña crepitando, cabalgatas bajo la luna y participación en tareas rurales. Es una escapada perfecta para quienes desean desconectarse del ruido y reconectarse con lo esencial. Muchas estancias turísticas abren sus puertas durante las vacaciones ofreciendo paquetes especiales con gastronomía local, paseos y actividades agrícolas, ideales para compartir en familia.


Ecoparques y patrimonio natural

El centro del país es un tesoro para quienes buscan estar en contacto directo con la fauna y la geología. En Durazno, el Bioparque local ofrece una experiencia inolvidable con más de 250 especies animales, incluyendo felinos autóctonos, hipopótamos y aves exóticas, todo en un predio de 25 hectáreas que garantiza aventura y aprendizaje.

En Flores, el Ecoparque Tálice eleva aún más la experiencia con 1.500 animales, vehículos eléctricos para recorrer el parque, circuitos para niños y zonas interactivas. Este destino se complementa con las Grutas del Palacio, un geoparque de valor internacional, cuyas cavernas formadas por columnas de arenisca nos remontan a la era de los dinosaurios y revelan la historia geológica del país.


Colonia del Sacramento: historia viva frente al río

Nombrada Patrimonio Mundial por la UNESCO, Colonia del Sacramento es un lugar donde el pasado cobra vida en cada adoquín. Pasear por sus calles empedradas con vista al Río de la Plata, visitar el acuario o recorrer el Museo Cars con autos antiguos de lujo es solo el comienzo. El Mercado Artesanal y la Plaza de Toros Real de San Carlos agregan una dimensión cultural con shows, galerías, museos y gastronomía.

Los amantes de la tradición también pueden seguir la Ruta del Queso Colonia, descubriendo la herencia de los colonos europeos y sus queserías, mientras quienes buscan un momento de relax pueden optar por bodegas turísticas, travesías náuticas o días de campo.


Río Negro y su historia industrial

Fray Bentos, en el departamento de Río Negro, alberga uno de los sitios más emblemáticos de la historia industrial del país: el ex Frigorífico Anglo. Reconocido como Patrimonio de la Humanidad, este complejo fue conocido como “la cocina del mundo” por su rol en la producción de carne enlatada durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy, recorrer sus instalaciones es una experiencia cultural y educativa imperdible.


Termas: bienestar todo el año

El invierno uruguayo se disfruta mejor sumergido en las cálidas aguas termales del litoral norte. Las Termas del Daymán, en Salto, cuentan con un Spa Thermal pionero en medicina hiperbárica, ofreciendo tratamientos de bienestar únicos en la región.

En Paysandú, las Termas de San Nicanor brindan una experiencia más natural, rodeada de bosque y fauna local. Las Termas de Arapey, también en Salto, combinan lujo con naturaleza, gracias a su infraestructura all inclusive, piscinas climatizadas y actividades como kayak, parapente o pesca deportiva.

Guaviyú y Almirón, también en Paysandú, destacan por su diversidad. Guaviyú ofrece opciones de alojamiento en moteles, cabañas y campings, junto con actividades recreativas organizadas por estudiantes de la UTU. Almirón, en tanto, es única por sus aguas saladas, reconocidas por sus propiedades curativas y su entorno agreste adornado por palmeras yatay.


Paisajes que conectan: la Meseta de Artigas y el Castillo Morató

Paysandú también sorprende con dos joyas ocultas. La Meseta de Artigas, donde el prócer José Artigas estableció su campamento, es un espacio de naturaleza y memoria histórica, con senderos, paseos náuticos y bosques nativos.

El Castillo Morató, por su parte, es un majestuoso palacio rural de principios del siglo XX. Declarado Monumento Histórico, permite visitas guiadas por su arquitectura y entorno agroecológico, siendo parte de los circuitos turísticos emergentes del país.


Norte salvaje: Quebradas del Norte y minería

En el norte de Uruguay, la naturaleza se impone con fuerza. Las Quebradas del Norte, en Rivera y Tacuarembó, conforman una Reserva de la Biósfera con más de 110 mil hectáreas. El paisaje de cerros, valles y cursos de agua cristalina es perfecto para el senderismo, la observación de aves y la desconexión total.

En esta zona, el turismo minero ofrece una experiencia singular. En Artigas, las visitas a canteras de amatistas y ágatas permiten conocer la minería a cielo abierto y subterránea. En estas últimas, se encuentra el primer restaurante subterráneo del país, donde se puede almorzar rodeado de cristales naturales.

La Ruta del Oro, en Minas de Corrales (Rivera), recorre minas abandonadas, aerocarriles históricos y ruinas del primer pueblo minero del Uruguay, todo inmerso en una geografía de belleza rústica que puede complementarse con visitas a bodegas o compras en la frontera con Brasil.


Enoturismo y experiencias en la naturaleza

El este del país, particularmente Maldonado y Rocha, ofrece experiencias enoturísticas en viñedos cercanos al mar, visitas a olivares y turismo rural en un entorno de sierras. En Piriápolis, el legado de su fundador Francisco Piria se mezcla con el paisaje místico, playas y cerros como el San Antonio, desde donde se puede practicar salto encordado.

La Estación de Cría de Fauna Autóctona Cerro Pan de Azúcar es un destino perfecto para los más pequeños. La Quebrada de los Cuervos, en Treinta y Tres, es otro imperdible: una profunda garganta formada por el arroyo Yerbal Chico, en medio de una serranía exuberante.

El avistamiento de ballenas y delfines en la costa de Maldonado y Rocha se convierte en una experiencia inolvidable en esta época del año. Fortaleza de Santa Teresa y Fuerte San Miguel, junto a la laguna de Rocha, completan un menú de naturaleza e historia.


Punta del Este y sus joyas culturales

Aunque famoso por su verano, Punta del Este también se luce en invierno. Museos como el de Arte Contemporáneo Atchugarry, el Museo Ralli y el clásico Taller Casapueblo de Páez Vilaró, abren sus puertas para quienes buscan arte, cultura y espectaculares atardeceres.

El parque El Jagüel, el Arboretum Lussich, el jardín japonés y el Pueblo Gaucho son excelentes opciones para disfrutar del aire libre en familia o con amigos.


Montevideo: cultura, ciencia y naturaleza

La capital se transforma en un destino ideal para quienes buscan una combinación de ciudad y turismo. Museos como el Nacional de Historia Natural, el Torres García y el Museo de Artes Visuales ofrecen actividades para todas las edades.

El Planetario de Montevideo suma propuestas como “Yo Tierra” y “Uruguay Antártico” para adentrarse en el universo, mientras los parques Rodó y Rivera permiten disfrutar del invierno al sol, en contacto con la naturaleza.

El área de los humedales del Santa Lucía, con su biodiversidad y sus senderos, completa la experiencia para los más aventureros.


Canelones y la ruta del vino

En el sur, Canelones invita a descubrir sus bodegas, con propuestas de maridaje gourmet y experiencias enoturísticas de primer nivel. El turismo rural es otro fuerte del departamento, con establecimientos que ofrecen paseos a caballo, comida casera y contacto con la tradición.


Un país para redescubrir

Las vacaciones de julio 2025 en Uruguay son mucho más que un receso escolar: son una oportunidad para reconectar con lo esencial, descubrir rincones desconocidos, disfrutar en familia, vivir aventuras o simplemente descansar. Desde sus termas hasta sus sierras, desde sus ciudades históricas hasta sus reservas naturales, Uruguay se convierte en un destino cálido en pleno invierno.

¡Este invierno, redescubrí Uruguay!

Viví paisajes únicos, sumergite en aguas termales, conectá con la historia, disfrutá de la cultura y dejate abrazar por la hospitalidad de un país que siempre tiene algo nuevo para ofrecer.