Obra de arte de la semana
¿Arte o propaganda masónica?

Por Baltasar Aguilar Fleitas
En el Parque Rodó de Montevideo se encuentra el Museo Nacional de Artes Visuales, que cobija obras extraordinarias.
Si al entrar en la sala principal se mira a la derecha se verá un gran cuadro: imposible no sentir una fuerte impresión. Ese cuadro se llama Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires. Es de 1871, año en que ocurrió el hecho que allí se representa.
1- La fiebre amarilla
Se trata de una enfermedad infecciosa viral. El virus se difunde por el mosquito Aedes aegypti, el mismo que transmite el dengue, el zika y la chikungunya. Quien descubrió este mecanismo de transmisión fue el médico cubano Dr. Carlos J. Finlay que nació el 3 de diciembre de 1833. Ese aporte se recuerda conmemorando cada 3 de diciembre el día del médico. Pero el descubrimiento de Finlay sobre el agente transmisor se produjo recién diez años después de la epidemia de Bs As que pintó Blanes, o sea, en 1881.
2- El artista
Juan Manuel Blanes (1830-1901), su autor, tuvo mala suerte: nació en Uruguay. Si hubiera nacido en Europa tendría mucha mayor reputación. Se lo merece. Pienso que fue un pintor excepcional.
Estuvo en Montevideo, Salto, Concepción del Uruguay, Buenos Aires y Europa.
3-La epidemia de fiebre amarilla en Montevideo
En 1857, ocurrió un brote importante de fiebre amarilla en Montevideo. Blanes representó ese hecho, o sea también hubo un cuadro de la fiebre amarilla en Montevideo, de ese mismo año, 1857, pero desapareció.
A raíz de esa epidemia en la capital uruguaya que entonces tenía entre 15000 y 20000 habitantes, fallecieron aproximadamente 1500 personas, víctimas de la enfermedad, entre ellas el famoso médico Dr. Teodoro Vilardebó.
Esta epidemia de Montevideo fue pintada no solo por Blanes sino también, en forma alegórica, dos años después, por un italiano masón residente aquí, Luis Voena, pero de eso hablaremos en otra oportunidad.
4-La fiebre amarilla en Buenos Aires
De esta epidemia trata este cuadro que hoy presentamos. En 1871 se produjo una epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires y allí fue Blanes a pintar la tragedia.
Lo que la obra expone es un hecho real ocurrido el 20 de marzo de 1871 en una humilde vivienda de la calle Balcarce 384 de Bs As. Que Blanes haya pintado un hecho que realmente ocurrió no quiere decir que las cosas hayan sido tal como están en el cuadro. Blanes no era fotógrafo, era pintor. De hecho en el Museo de Artes Visuales de Montevideo hay, fuera de exposición, un boceto de esta obra que tiene diferencias con la que se expone.
En el centro de la pintura se observa a una mujer muerta que yace en el piso; se llamaba Ana Brisitiani, según un parte policial de la época. Cabe resaltar que en este cuadro de Blanes la muerte no ofrece sus rasgos más macabros, por el contrario la muerte está ocultada en ese cuerpo embellecido y luminoso de la mujer. De acuerdo a José Pedro Barrán estamos pasando de la época bárbara (1800-1860) donde la muerte se exhibía y era un espectáculo, a la época civilizada o “el disciplinamiento” en la que la muerte se oculta o disimula. (1)
Un bebé de corta edad busca el pecho de Ana para proporcionarse alimento del cuerpo muerto de su madre.
A la derecha, en la parte más oscura de la muy humilde habitación donde no hay mesas ni sillas, se ve al padre muerto sobre una cama, cubierto apenas por una manta y una sábana. En la cabecera se puede ver un crucifijo y la imagen de la Virgen del Carmen. Una taza y una cuchara están en el suelo a la derecha de la mujer: quizás eso responda a que la madre le daba de comer al niño en esa taza y con esa cuchara para evitar el contacto pues en ese momento se creía que la enfermedad se transmitía de cuerpo a cuerpo. Ni se imaginaba que el mosquito fuera el culpable.
Un viejo arcón se ve debajo de la cama: probablemente allí estos inmigrantes italianos hayan traído todas sus pertenencias.
En el marco de la puerta se encuentra el hijo mayor, sobreviviente de esta tragedia.
En la puerta irrumpen en la escena dos personajes bien vestidos que evidentemente no pertenecen a la misma clase social de los afectados: se trata de Roque Pérez a la derecha, abogado, que se toma las manos en un gesto de piedad y compasión ante la escena, y a la izquierda se ve a Manuel Argerich, médico, que se saca el sombrero en señal de respeto a las víctimas. Ambos, eran miembros de la Comisión Popular de Salubridad, los que concurrieron en momentos en que todos los que podían hacerlo huían de Bueno Aires, incluso autoridades de gobierno (acá también, huyó Gabriel Pereira, el Presidente de la República en 1857). Tanto Pérez como Argerich murieron poco después víctimas de la enfermedad.
Entre estos doctores -y ese es un detalle que no se percibe con frecuencia- hay dos hombres, probablemente pertenecientes a la misma organización: el de abajo mira la escena con curiosidad y el de más arriba se tapa la cara con un pañuelo para evitar el contagio o protegerse del olor a cuerpos descompuestos que podría haber en el lugar.
Al fondo se ve una casa cerrada, lo que es lógico porque todos huyeron pero los pobres quedaron atrapados.
Fíjense la iluminación del cuadro: evidentemente entra por la puerta, sin embargo parece que emanara del cuerpo de la mujer muerta como remarcando su santidad.
Hay quienes dicen que este cuadro excepcional es también una propaganda de la masonería: los doctores que están entrando eran masones, pertenecían a una organización que cree en la ayuda y solidaridad y no en la redención religiosa; el carácter simbólico de la iluminación general del cuadro y del cadáver en particular; el mismo Blanes era masón. En momentos tan dramáticos donde todos huían el cuidado de las víctimas quedó en manos de sacerdotes, médicos, policías y filántropos masones, pero Blanes pintó sólo a estos últimos.
Es una obra excepcional. Hay mucho más para decir sobre ella. Es para quedarse largo tiempo mirándola y pensando. Y está ahí nomás.
Referencia:
1- Barrán JP Historia de la sensibilidad en el Uruguay. T 1 y 2. Montevideo. Ediciones de la Banda Oriental. 1990.
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Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires
Juan Manuel Blanes
1871
Óleo sobre tela
230 x 180 cm