Combate por la paz
Por Baltasar Aguilar Fleitas
Quebrar el orden establecido siempre produjo incomodidad, fastidio, irritación…los seres humanos necesitamos seguridad, amparo y, si es posible, que nos confirmen nuestras certezas.
En materia de arte, quienes han hecho polvo las lánguidas y moribundas rutinas se dividen en los que han amasado fortunas y aquellos a los que les ha ido muy, pero muy mal. Y están los otros, excepcionales por cierto, a los que, aparentemente, sólo aparentemente, no les importa que les vaya bien o mal, ejecutan su arte y punto.
Hoy presentaré a un personaje de este último tipo, un transgresor; algunos agregan que es un antisistema, mientras otros piensan que es un activista político y aún hay quienes lo consideran simplemente un pillo. Pero, sea uno o lo otro, hace cosas diferentes, de eso no hay duda, no por hacer cosas diferentes sino para hacer arte.
Al presentarlo tenemos un problema: no sabemos a ciencia cierta quién es. El nombre con el que se lo conoce es Banksy. Un estudio de la Universidad de Londres dice que se llama Robin Gunningham, de unos 50 años, pero no es absolutamente seguro. Incluso puede ser una mujer. Es un británico o una británica cuyas obras aparecieron por primera vez en 1990 en Bristol. Ha intervenido las calles de varias ciudades del mundo. De repente, en un muro o pared de una ciudad cualquiera, aparece una pintura que llama la atención. No quiere revelar su identidad. Pinta de noche para no ser visto. ¿Por qué no quiere ser identificado? Pues porque lo pueden meter preso, debido a que ha pintado en lugares no permitidos, en realidad ha vandalizado propiedades públicas y privadas. Las calles aparecen pintadas con obras que denuncian…denuncian el consumismo, la pobreza, la explotación, la guerra…en suma, lo que es injusto y abominable en el ser humano. Y, lo que es igualmente importante, en algunas de sus obras propone alternativas. Por ejemplo, en la que hoy veremos.
Esta pintura se llama en inglés Flower Thrower. En español, Tirador o lanzador de flores.
Allí se ve a una persona joven que ha ocultado su cara con un pañuelo y se apresta a lanzar su bomba. Su arma es un ramo de flores. El mensaje es claramente antibélico, y muestra una opción alternativa a la guerra, la paz. Imaginemos a este personaje tiraflores en la calle. Podemos completar la obra en nuestra mente pensando que frente a él están los defensores del orden establecido, en este caso los que hacen la guerra. Los que defienden el orden establecido siempre, siempre, sean del signo que sean, son capaces, en determinadas circunstancias, de hacer la guerra o decretarla para que otros la hagan. Pero por un momento imagínense que estos violentos se repliegan. Tienen poderosas armas pero son inútiles frente a las invencibles flores de este raro militante. Si les digo dónde apareció esta obra se darán cuenta de su potente actualidad: esta figura fue pintada por Banksy en la pared de un garaje de Beit Sahour, Cisjordania. O sea, viene a cuento.
Claro que no todo es coherente en Banksy. Se le ha reprochado que cuando grafitea contra el desastre ecológico lo hace con aerosoles en lugar de usar productos naturales. O que quiere cambiar el mundo pero te enchastra tu casa. O que trabaja con otros artistas que venden sus obras a muy buen precio. O que son pinturas fáciles basadas en la cultura popular, en cosas que andan por ahí, a mano. O que en realidad lo que hace en la calle es una estrategia de marketing para vender sus obras a través de su web…en fin, esto quiere decir que no se puede creer en nadie, ni en Banksy…Pero estimo que nada de eso le quita mérito ni valentía. Sus obras son simples desde el punto de vista plástico pero contienen un mensaje claro y potente. Personalmente no protestaría si me levantara un día y viera que mi auto fue “intervenido” por Banksy siempre y cuando tuviera la seguridad de que fue Banksy, claro…
El arte callejero es arte. No el enchastre ordinario, sino el grafiti ocurrente, la frase que incomoda, la imagen que te descoloca, cuanto más sencilla mejor. Sería bueno ver más gente parada en la calle observando ese tipo de arte.
Banksy incomoda. Por el lugar que pinta, porque es un misterio, porque no da reportajes, porque produce mensajes que desconciertan a los frívolos…
