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Dos películas

Por Martín Coitinho

Downton Abbey: una nueva era

Es difícil hablar de esta segunda película de “Downton Abbey” como hablamos habitualmente en esta columna, de cine. Porque, en realidad, esta segunda entrega, quizás aún más que la primera, es una especie de capítulo televisivo extra-large, con mayores valores de producción y presupuesto.


Lo que vemos, lo que nos cuentan, es una historia mínima, un momento más en la vida de esta familia a la que el espectador probablemente conocerá de las varias temporadas en televisión. Las complicaciones serán casi inexistentes, los giros no tendrán mucha trascendencia, y lo importante será la oportunidad de acompañar a esos personajes que aprendimos a querer.


“Downton Abbey: una nueva era” es como una manta abrigada que nos hace sentir cómodos y nos reconforta. Poco importa si la excusa para que volvamos a ver al ex mayordomo Carson es prácticamente ridícula, porque lo importante es que volvamos a ver al ex mayordomo Carson. Que otras tantas cosas no hayan cambiado en el tiempo desde la última vez que vimos a la familia Crawley y a sus sirvientes, es más un capricho del guion surgido de la necesidad de volver a ese lugar, a ese mundo.


La película permite encontrar momentos agradables, y el carisma y la química del elenco ayuda al disfrute. Por supuesto que Maggie Smith es la “jugadora más valiosa”, como siempre.


Como decía, no sé si estamos hablando realmente de cine. Y sin dudas que nadie va a salir maravillado por los horizontes narrativos de la cinta. Pero tampoco dudo que para los fans de la serie sea una experiencia más que disfrutable.


El peso del talento

Nicolas Cage haciendo de una versión exagerada de Nicolas Cage. ¿Qué podría salir mal?


Poco. Por suerte poco.


Esta historia, que busca aprovechar cuanto momento “meta” pueda, nos presenta a un Nic Cage divirtiéndose mientras juega con la percepción del público sobre Nic Cage.


Aun así, el eje, el sustento de todo corre afortunadamente por otro lado, y ese es el de la química entre Cage y Pedro Pascal (Javi). Ambos parecen pasarla bien en cada momento que les toca interactuar (y si le creemos a las entrevistas que han dado, probablemente haya sido así).


Esa química permite, además, que la película no descanse solo en los hombros del protagonista, lo que podría resultar cansador luego de un tiempo.


Hay una historia de un secuestro, de agentes de la CIA, espionaje, drogas y qué sé yo, pero la verdad es que “El peso del talento” brilla cuando es una “buddy movie”, cuando Nicolas y Pedro están juntos hablando de cine o incluso disfrutando del cine.


Me quedé con la sensación de que había una historia mejor que contar, que el Cage de ficción podría haber sido aún más intenso, de que las posibilidades narrativas no fueron totalmente exploradas. Pero también es cierto que se trata de una comedia de acción de las que no se ven tantas últimamente, armada sobre un par de actores que muestran el poder de atracción de las estrellas de Hollywood.

Publicada: 03/05/2022

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