El callejón de las almas perdidas
Por Martín Coitinho
Guillermo Del Toro es un director de esos que tienen un sello propio, uno de esos nombres que suenan y que traen consigo a un autor, alguien que aun trabajando para un estudio, le da a sus películas un toque único y personal.
El director, quien supo alcanzar la excelencia en “El Laberinto del Fauno” y ganó el Oscar por “La forma del agua”, acá nos trae una nueva adaptación de la obra de William Lindsay Gresham, que ya había sido llevada al cine en el año 1947.
“El callejón de las almas perdidas” se inscribe en el llamado “film noir”, un mundo en el que casi no existen los héroes, y justamente Stanton Carlisle (Bradley Cooper), es protagonista pero de ninguna manera el bueno de la película.
Quizás el mayor obstáculo al contar esta historia moral sea ese de lograr generar una verdadera empatía por sus personajes, en particular Carlisle. ¿Realmente queremos que le vaya bien? ¿Sufrimos si le va mal?
Del Toro maneja siempre, en todos sus trabajos, un gran diseño de producción, y posee una estupenda destreza para lograr momentos visualmente deslumbrantes. Además, cuenta con grandes actores (Cate Blanchett, Rooney Mara, Willem Dafoe, Toni Collette, entre otros) y el gancho que siempre genera una historia ambientada en base al engaño, la estafa.
El resultado es una cinta técnicamente brillante, con valores de producción superlativos, pero relativamente fría y distante.
Ni siquiera el evidente carisma de su protagonista logra que demos el siguiente paso y que más allá de la superficialidad, conectemos con la historia.
Está bien, pero debemos esperar mucho más del director mexicano.
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