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El mundo de Cristina

Por Baltasar Aguilar Fleitas

El mundo de Christina: así se llama este extraño cuadro de Andrew Wyeth, un gran pintor norteamericano (1917-2009), prácticamente desconocido por acá pero muy popular en su región al punto de ser llamado “el pintor del pueblo”. Los temas de sus cuadros fueron la tierra y los pobladores de su ciudad natal en Pensilvania, escenas de la vida rural y, como en este caso, los vecinos de su casa de verano en Maine, Estados Unidos. 


Allí vemos a una mujer joven con vestido rosado, en medio de un campo, que mira una casa y unos graneros ubicados a una buena distancia, y a los que pretende llegar. Esa casa hoy es monumento histórico nacional y ha sido restaurada para que coincida en su apariencia con la pintura. ¿Por qué se le ha dado tanta importancia? Veamos.


Si les digo que esta es una obra realista, evidentemente es necesario dar una explicación. La modelo de esta pintura fue su esposa, pero la musa inspiradora también existió en la realidad: se llamaba Christina Olson, una vecina del hogar veraniego del pintor. Esta persona sufría una enfermedad rara denominada enfermedad de Charcot-Marie-Tooth, que es una polineuropatía (enfermedad de los nervios periféricos), de origen genético. Christina padeció la enfermedad que se manifestó como parálisis de las piernas desde los 30 años de edad.


En el cuadro la mujer no parece estar disfrutando del bello paisaje campestre sino que está en una posición como para levantarse o darse vuelta. Es que Christina Olson rechazó el uso de la silla de ruedas y se desplazaba dándose vueltas a ras del suelo. De hecho, Wyeth se inspiró para crear la pintura cuando vio a través de su ventana a su vecina gateando por el campo. 


¿Cuál es el mensaje de este cuadro? Bueno…eso es motivo de interpretaciones diversas: mostrar un hecho real, o el sufrimiento que inevitablemente acompaña a toda enfermedad, o bien se trata de una lección de fuerza y deseos de vivir, etc. Todas esas maneras de ver el cuadro son válidas. Mi opinión es que se trata de un cuadro de denuncia de la indiferencia social por el dolor y la soledad del otro (la mujer está sola, como desamparada y abandonada a sus fuerzas en medio de un campo). ¿Qué nos dice el autor? “El desafío para mí era hacer justicia a la extraordinaria conquista de una vida que la mayoría de la gente consideraría desesperada”. Y agrega: “Si he sido capaz de hacer que el espectador sintiera que su mundo puede ser limitado físicamente, pero de ninguna manera espiritualmente, entonces he logrado lo que me propuse hacer”.

Referencias a este cuadro de 1948 hay en otras obras de arte: veinte años después aparece en el libro de ciencia ficción 2001 Odisea del espacio, de Arthur Clarke (pero no en la película del mismo nombre de Stanley Kubrick):


“La cápsula espacial estaba descansando sobre el pulido piso de una elegante y anónima suite de hotel, que bien podría haberse hallado en cualquier gran ciudad de la Tierra. Y él miraba fijamente a una gran sala de estar con una mesa de café, un diván, una docena de sillas, un escritorio, varias lámparas, una librería semillena y con algunas revistas, y hasta un jarrón con flores. El puente de Arlés de Van Gogh colgaba en una pared…, el mundo de Cristina de Wyeth, en otra, estaba seguro de que cuando abriese el cajón central del escritorio hallaría una Biblia en su interior…”.


Pero el reconocimiento más famoso se le realizó en el magnífico film Forrest Gump (1994). En una escena el personaje Jenny vuelve a enfrentarse con la casa de su infancia, algo parecida a la del cuadro, le tira piedras y cae al suelo quedando por un momento en la “pose de Christina”, aunque tomada desde otro ángulo.  Pueden ver la escena en este enlace.


El mundo de Christina (1948)

Andrew Wyeth

Temple (81,9 cm x 121,3 cm) 

Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) 

Publicada: 20/02/2024

 

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