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Entre el Carnaval y la Cuaresma

Por Baltasar Aguilar Fleitas

Estamos en carnaval, celebración pagana muchas veces reinventada pero siempre caracterizada por la fiesta popular, el colorido y un variado menú de disfrutes. Hoy, martes, es el último día, aunque bien sabemos que en Uruguay tenemos el carnaval más largo si nos comparamos con varios países del mundo y la fiesta, por lo tanto, se prolongará un tiempo más.


Pero mañana será otro día: mañana será miércoles de ceniza que da comienzo a la cuaresma, un periodo de cuarenta días hasta la víspera del domingo de resurrección o domingo de Pascua. Durante este tiempo, mediante el ayuno y la abstinencia se prepara al espíritu para afrontar ese hecho trascendental. Hoy martes, por lo tanto, tiene lugar la batalla entre el carnaval, la fiesta pagana de los excesos y los placeres mundanos, y la cuaresma, consagrada a la devoción.


La obra de arte de la semana se llama El combate entre don Carnal [o Carnaval] y doña Cuaresma. Fue pintado en 1559 por el pintor del renacimiento holandés Pieter Brueghel el Viejo (1526/30-1569); es un óleo sobre tabla, mide 118 cm x 164 cm y está en el Museo de Historia del Arte de Viena.


Lo que vemos en la figura es un detalle de la obra, no todo el cuadro; el cuadro es complejo, lleno de pequeñas figuras y escenas dando lugar a una superficie abigarrada. Por eso tomamos en cuenta la escena que más representa lo que el pintor quiso transmitir: la relación problemática entre el periodo festivo, y la etapa sagrada de la cuaresma que le sigue.


Si miran el cuadro entero verán que todo se desarrolla en una plaza dividida en dos partes: a la izquierda escenas de fiesta alrededor de una taberna destinada al goce y desenfreno, y a la derecha escenas en torno a una iglesia destinada a la devoción.


Pero en el primer plano se ve a Don Carnal representado por un hombre gordo arriba de un barril de vino, con ollas como estribos. En la parte delantera lleva una chuleta de cerdo fijada con una cuchilla a modo de adorno o mascarón de proa. Este personaje lleva una empanada o pastel de carne sobre su cabeza, y pretende luchar contra su débil adversaria con un espetón en el que está ensartada una cabeza de cerdo.


Su contrincante es doña Cuaresma, una mujer vieja y de aspecto severo; lleva en la cabeza una colmena y utiliza como arma frente a Don Carnal una pala con dos arenques. Los arenques y la miel de la colmena representan la sobria dieta del periodo de abstinencia que se avecina. También aparecen otros alimentos característicos como mejillones, pan, etc. Doña Cuaresma está sentada en una silla encima de una especie de carretilla tirada por una monja y un fraile.


El resultado de esta contienda es lógico: Don Carnal y su gente llegan muy mal preparados al campo de lucha, llenos de comidas y bebidas, y la Cuaresma se impondrá y sustituirá a los disfrutes mundanos.


Esta pintura no es solo la representación de una leyenda; expresa la batalla entre dos fuerzas, una material, gozosa y mundana, y otra elevada y espiritual que pueblan el alma humana.

Publicada: 21/02/2023


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