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Herland, de Charlotte Perkins Gilman

Por Inés Nogueiras

Charlotte Perkins Gilman (1860-1935) fue lo que se puede decir, apelando a lugares comunes, una adelantada a su tiempo. Desde su inquietante relato “El tapiz amarillo” hasta el libro que nos ocupa en estas líneas, ha sido una precursora de la literatura feminista y muchos de los temas que puso sobre el papel aún hoy parecen no estar saldados.


En Dellas, un mundo femenino —su título original es Herland, y otras traducciones al español lo titularon Matriarcadia— se presenta, en clave de utopía, un país perdido en el que solo habitan mujeres desde hace más de dos mil años.


Tres exploradores estadounidenses llegan a esa extraña nación, donde contrastan su mundo androcéntrico con ese paraje desconcertante en que las mujeres, para su sorpresa, no son “femeninas”. Esto se traduce en que no son débiles, no necesitan del hombre para el progreso económico, no tienen como destino inevitable el matrimonio y las tareas del hogar y, quizás lo más impactante, no compiten entre sí. Las habitantes de Dellas viven intensamente la sororidad, una palabra que recién ahora —105 años después de la publicación de esta obra— se está volviendo relativamente masiva.


Dellas, un mundo femenino es un libro de lectura fácil, pero no liviana. Es ameno, pero frustrante. Quizás su mayor mérito fue haber sido escrito en 1915, cuando el feminismo recién estaba empezando a hacer olas.

Publicación original: 17/11/2020

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