La cuenta quedó en cero
Recibimos de Juana Canosa
La cuenta quedó en cero.
La cuenta acaba de quedar en cero. Se terminaron los débitos, de dolor, de injusticia, de temor.
Recién, después de muchos años, casi 50. En donde estábamos en números negativos, en donde su cara llenaba espacios que eran democráticos, pero él no lo era. De la vergüenza que sentía cuando fue recibido por presidentes, inclusive el nuestro, el que costó tanto poner en ese lugar de honor. Es difícil entenderlo. No lo entendí, no lo entiendo y nadie me lo pudo explicar. Y él, el que aceptó el encuentro, no quiso responder, se ve que no era lo suficientemente importante para que se me explicara. No lo pude despedir cuando murió. No puede, a pesar de haberlo votado, porque puse en la balanza otras cosas y no esta claudicación, que fue grande, que fue innecesaria, que fue indigna. Que no la merecían todas y todos los que lo sufrieron, que fueron muchos, no se lo merecían.
Necesitó pasar mucho tiempo, mucho dolor de muchos. Y se necesitó de profesionales dignos que llevaran adelante las investigaciones pertinentes, con valor, con entrega con un compromiso inquebrantable. Y se necesitó de compañeros y compañeras, que no pusieron por delante su victimización, como ahora se hace abuso del término, a veces con justicia y a veces injustamente. No pusieron en duda volver a pasar por el corazón su dolor, sus angustias, sus días de terror. Y por todos esos valientes, mujeres y hombres la cuenta quedó en cero.
No es alegría lo que siento, la alegría la reservo para las cosas que me dan felicidad, con mi familia, con mis amigos, con la gente que quiero. Es una sensación de paz. Hablo con los que ya no están y les digo que ya pueden descansar, que se hizo justicia después de tantos años.
La cuenta quedó en cero.
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