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La verdad está en en un pozo

Por Baltasar Aguilar Fleitas

Recientes acontecimientos en nuestro país y en el mundo replantean el problema de la verdad. Viejo tema de la filosofía, cada tanto emerge entre el banal griterío cotidiano. ¿Existe la verdad, una única verdad, o hay muchas formas de la verdad? ¿O no importa la verdad sino que lo que importa es cómo cada uno construye su verdad? ¿Las fake news, son nuevas formas de verdad? Podemos seguir preguntando hasta el infinito.


Lo cierto es que para que podamos juzgar algo como una mentira tenemos que presumir que hay una verdad con la que compararla.


Pero sucede que llegar a la verdad siempre cuesta bastante y casi nunca la vemos.


Eso se debe a que la verdad no anda por ahí luciéndose entre nosotros y diciéndonos “hey, aquí me tienes, soy la verdad”. No. La verdad está oculta en un pozo y permanece allí todo el tiempo que se le antoja. La frase “la verdad está en un pozo” es de Demócrito, el filósofo griego que decía, sin saber si era verdad o no, que lo único que existe son átomos. Para mi que Demócrito era un gran sabio porque reía sin parar al ver lo que hacían sus conciudadanos de Abdera. Imaginaos lo que sería Demócrito entre nosotros.


Pero volvamos a la verdad: la razón por la que se esconde es que se trata de una dama con mucho pudor y no se muestra porque, como todo el mundo sabe, está desnuda.


Sin embargo, de vez en cuando, si la mentira que escucha es muy grande, digamos que es una de esas mentiras insoportables, ahí sí, ella se anima y sale furiosa, así no más como está, provista de un látigo dispuesta a castigar a la mentira. La mentira, a diferencia de la verdad, no tiene problemas, anda lo más campante y se la puede encontrar en cualquier momento y lugar.


Esa es la razón por la que tenemos tantos conflictos con la verdad. No se deja ver porque está desnuda. Los seres humanos vulgares nos empeñamos en vestirla. Todo el día estamos intentando vestir la verdad. Le tiramos distintos ropajes adentro del pozo pero la muy degenerada rechaza esos atuendos y permanece en cueros. Dice que no tiene nada que ocultar.


Hay quienes sostienen que la han visto con el cuerpo tatuado con números y gráficos, una especie de “verdad cuantitativa”, y se han convencido de que la verdad es eso y proclaman que además lleva un mensaje que dice “dato mata relato”. Ojo, no creo que la verdad se haya tatuado todo el cuerpo con datos. Algo de piel limpia le debe quedar para otras formas de ser verdad. Creo que quienes afirman eso están empeñados en clausurar toda discusión, como los que dicen “es evidencia científica “, “es racional“, “lo dice la historia “, etc. Siempre hay espacio para otras verdades por aquello que escribió Onetti: “Se dice que hay varias maneras de mentir; pero la más repugnante de todas es decir la verdad, toda la verdad, ocultando el alma de los hechos. Porque los hechos son siempre vacíos, son recipientes que tomarán la forma del sentimiento que los llene”.


La obra de la semana es La verdad saliendo del pozo del pintor francés Jean-Léon Gérôme. Es de 1896 y este artista la pintó con el fin de aludir ni más ni menos que al caso Dreyfus.


Se dice que Gérôme murió señalando esta obra que estaba en su dormitorio.

Publicada: 13/09/2022

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