¡Largaron!
Actualizado: 17 sept 2020
Por Ignacio Michelini.
Turf, carreras de caballos. Política de Estado. La trama oculta detrás del “disco y foto”.
Nuestra historia comienza a principios de siglo con la reapertura del por entonces olvidado hipódromo de Maroñas. Desde allí un recorrido hasta nuestros días. El intento será desde aristas económicas, políticas, sociales y deportivas, claro está; contar un poco de qué se trata esta actividad maravillosa que tanto nos apasiona. Al mismo tiempo, correr el velo de suspicacia, derribar mitos y leyendas que muchas veces empañan una tan noble actividad como lo es el turf. El anhelo entonces no es más que brindar una perspectiva distinta, tanto para aquel que nunca vio un caballo de carrera como para el burrero de pura cepa. Y por qué no, sumar algún ávido lector de 25siete a la afición burrera.
El turf, las carreras, resultan en una suerte de añeja combinación entre deporte, entretenimiento e industria. Consiste en la competición entre dos o más equinos sangre pura de carrera montados por jinetes (jockey´s) desde un punto a otro, cuyas apasionantes particularidades abordaremos en más de una oportunidad. Sin perjuicio de lo antedicho, mencionar para ir entrando en tema, que cada vez que suena la campana de largada y se oye por los altoparlantes “ingreso a partidores” es Historia lo que vemos ante nuestros ojos. Es la tradición en su máxima expresión, de orígenes británicos a fines del siglo XVII, concebida como una actividad real (entre miembros de la realeza), de allí su apodo “deporte de reyes”, que merece una nota aparte para su discusión.
Como se irá apreciando, no está exenta sino todo lo contrario, de elementos históricos, políticos y económicos desde la primer carrera disputada en Newmarket hasta cada edición del Gran Premio Ramírez en nuestro querido Maroñas. De este modo queda presentada la columna que quién escribe y el equipo de 25siete esperan sea de su agrado.
Publicación original 03/09/2020
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