Las manos del pasado
Por Baltasar Aguilar Fleitas
La obra que presentamos esta semana tiene sus particularidades: sabemos dónde está ubicada, pero está fija en ese lugar natural, no tiene un autor conocido y es muy antigua. Además se encuentra cerca, en Argentina. Es la Cueva de las manos, ubicada en la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia, en el cañón del Río Pinturas, cerca de la ciudad Perito Moreno. La cueva se encuentra a 88 metros de altura, tiene 20 m de profundidad, 10 m de alto y 15 m de ancho. El acceso es difícil pero ha sido mejorado.
En ella observamos una gran cantidad de manos, más precisamente negativos de manos en un escenario rocoso de colores variados: blanco, ocre, rojo, negro; también hay figuras de animales y símbolos. Según los especialistas la técnica utilizada para pintar las manos es el estarcido, o sea la pintura, de origen mineral o vegetal se esparcía con un aerógrafo de hueso sobre la mano colocada en la roca, dejando su silueta al retirarla. La mayoría de las figuras son manos izquierdas. Hay manos de adultos, masculinas y femeninas, e incluso de niños.
Podemos considerar que esta obra tiene entre 13.000 y 9.000 años de antigüedad. En 1999 se declaró a la Cueva de las Manos Patrimonio Mundial de la Humanidad (UNESCO).
Los autores fueron cazadores y recolectores. El profesor y especialista en arte prehistórico Marcos García-Diez sostiene que existe el concepto de que el arte rupestre es cosa de Europa y cada vez que lo mencionamos se nos vienen a la memoria las cuevas de Altamira, Lascaux y Chauvet, pero lo cierto es que el arte paleolítico es universal. Y ello se debe a que sus artistas fueron seres iguales a nosotros que tenían el mismo cerebro y tenían necesidad de crear por distintos motivos: hacer arte por el arte, simbolizar la caza, realizar una representación totémica o un acto de chamanismo, etc.
Esas manos serenas son el rasgo de identidad de una comunidad que parece reclamar nuestro reconocimiento desde el fondo de los tiempos.
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Para quienes quieran adentrarse en este mágico y enigmático mundo del arte paleolítico rupestre recomiendo el magnífico film documental del director Werner Herzo La cueva de los sueños olvidados (2010). Fue rodado en la cueva francesa de Chauvet, considerada como uno de los mayores tesoros de la humanidad: es una galería de arte natural, un verdadero templo del arte, con más de 400 pinturas rupestres de unos 32 mil años de antigüedad. La película se puede ver completa en este enlace.
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