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Más dudas que certezas

Actualizado: 26 ago 2021

Por Georgina Mayo.

Uso de plasma de convalecientes de COVID-19 para tratar la enfermedad no cuenta con evidencia de efectividad y hay múltiples dificultades para demostrarla.

El médico hemoterapeuta e infectólogo Edgar Lima encabeza una comisión especial establecida por una Ordenanza dictada por el Ministerio de Salud Pública el 13 de abril. A pocas semanas de iniciada la pandemia en Uruguay, y cuando nadie podía conocer la evolución del virus en el país, se resolvió por parte de la cartera de Salud Pública acopiar y distribuir plasma hiperinmune a COVID-19. También se propuso definir en qué momento de la enfermedad será necesaria la aplicación del plasma con anticuerpos y evaluar su efectividad.


Lima explicó a 25siete varios aspectos que se desconocen del plasma con anticuerpos de un virus que aún es nuevo para el mundo.


Indicó que se colectó plasma de pacientes convalecientes, es decir de quienes cursaron la enfermedad y están recuperados. Para ser donante, deben tener PCR negativo, y adelanta que aún así, no todos pueden serlo, señaló.


¿Cuánto tiempo “sobreviven” los anticuerpos en una persona que padeció COVID-19? Lima respondió que es muy variable y como ejemplo indicó que a seis meses del inicio de la pandemia en Uruguay hay gente que aún tiene anticuerpos y otra no. Por eso mismo hay personas que pueden repetir donaciones en un plazo de mes y medio.

Una vez que se divulgó la Ordenanza 314/020 del MSP hubo muchas donaciones voluntarias, a diferencia con otros países, relató el especialista. Sin embargo todavía no hay publicaciones sobre la eficacia de los anticuerpos para el tratamiento de la enfermedad.


Desde ya, Lima indicó que Uruguay no podrá llegar a esa conclusión porque en primer lugar nuestra pandemia está controlada, la vigilancia epidemiológica (contactos de contactos) se puede manejar mejor que en otros países, y tenemos muy pocos casos que requirieron CTI para llegar a este tipo de conclusiones.

La mayoría de la gente una vez diagnosticada con COVID-9 se queda en su casa y eso ayuda al control.


Sólo entre 6 y 10% de los pacientes con COVID-19 han requerido internación y en general las que han padecido la enfermedad -como ya lo había informado la OMS- tienen síntomas leves o son asintomáticas.


Tratamiento experimental

Lima indica que estos tratamientos experimentales sólo se usan en pacientes graves con riesgo de vida, y se conoce que la utilidad del plasma es limitada en este tipo de pacientes porque la enfermedad genera un proceso inflamatorio que torna el plasma prácticamente inútil.


De un convaleciente donante se extraen unos 600 ml de plasma. La indicación actual es administrar 200 ml el primer día, otros 200 ml al segundo y reiterarlo si no hay cambios significativos. Esta forma de administración solo se basa en experiencias con otras enfermedades en que su usó plasma de convalecientes, explicó Lima. El experto sostiene que el plasma tendría tal vez mayor eficacia en pacientes que si bien necesitan internación no estén muy graves porque el plasma apunta a neutralizar el virus a poco de haberse contagiado.


El Servicio Nacional de Sangre realiza la extracción de plasma en 45 minutos y el Instituto Pasteur se encarga de determinar el nivel de anticuerpos contra COVID-19 en los candidatos a donantes. Lima señaló que las conclusiones solo podrán sobrevenir con ensayos clínicos que Uruguay no puede hacer y tampoco es fácil que se hagan en otros países.


En Uruguay, de los 45 fallecidos sólo a 5 se les aplicó plasma y con ese número tan bajo no se puede concluir sobre sus eventuales beneficios. En el último caso, se usó en forma inmediata tras el ingreso del paciente al CTI y tuvo una muy buena evolución, pero un solo caso, no permite sacar conclusiones, indicó el experto.


Lima indicó que en Uruguay no existe un número de gente para que se pueda realizar ensayos clínicos porque éstos deberían comparar poblaciones en las que se administre plasma contra otra que reciba sólo placebo.


Y en el mundo, donde se registran 29 millones de contagios y 900 mil fallecidos, ¿acaso no puede haber ensayos clínicos? Lima indicó que recientemente la Clínica Mayo de EEUU publicó que hizo unas 35 mil transfusiones de plasma y concluyó que no hubo reacciones adversas, pero el estudio no habla nada de la eficacia del plasma. Y en España, abandonaron el ensayo clínico que estaban realizando porque tuvieron dificultad para lograr el reclutamiento necesario.


Dificultades para lograr evidencia cientifica

Sostuvo que en el mundo existen dificultades para reclutar pacientes porque se tiene que reunir distintas poblaciones: hipertensos, diabéticos, obesos, mujeres, hombres, raza negra y blanca, se deben medir parámetros luego como los inflamatorios, y las evoluciones con la aplicación o no de plasma con anticuerpos. Esto no es fácil. Y un dato no menor: quien esté a cargo de ensayos clínicos se tiene que hacerse cargo de seguros de vida por eventuales procesos adversos.


En Uruguay no todos los colegas están convencidos de los beneficios del plasma y su aplicación queda a criterio del médico y la familia del paciente.


Lima explicó que en tejidos afectados por el COVID-19, al menos in vitro, se ve mejoría con aplicación de plasma. Pero él mismo se detiene y reitera: in vitro. Distinto puede ser en un paciente.


En Uruguay se realizó la colecta de plasma para tener un stock y cuando en el mundo se pueda concluir sobre su efectividad, entonces estará todo listo para aplicarlo.


Lima concluyó que, en principio, se tenía la expectativa que se pudiera usar el plasma colectado en pacientes no muy graves pero debe aplicarse la normativa que existe para los medicamentos que no tienen evidencia, esto es: que se pueden hacer solo uso compasivo y ya sabemos que el plasma en pacientes muy graves prácticamente no tiene efectividad.

Publicación original 16/09/2020

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