Mi nombre es Patria
De Raúl Vallarino
La historia no deja de ser impactante.
Se dirá que tiene color, que por momentos parece caer en algunos tics de película de espías, pero lo cierto es que la vida de la agente soviética que sedujo a Felisberto Hernández, apoyó a la resistencia francesa, robó documentos secretos de la central de la Gestapo en París y fue enterrada con el grado de coronel, tras recibir la Orden de Lenin, es parte importante de la historia del siglo XX.
No es posible entender la derrota del nazi-fascismo sin conocer el rol del aparato de espionaje soviético, autor de episodios de tanto heroísmo como los del Ejército Rojo.
Vale la pena leer el libro en clave de Guerra Fría, que poco tiene que ver con la actual globalización.
La novela de Vallarino, publicada inicialmente en España y México, ya lleva tres ediciones uruguayas bajo el sello Fin de Siglo.
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