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Mujeres que firman

Foto del escritor: 25siete25siete

Por Baltasar Aguilar Fleitas

Clara Peeters (1580/90-1621) fue una pintora flamenca nacida presumiblemente en Amberes (hoy ciudad de Bélgica), que se dedicó a pintar naturalezas muertas, también llamadas bodegones. 


Un bodegón es una obra de arte que representa animales, plantas y flores, y otros objetos que pueden ser naturales (frutas, comida, rocas, etc) o hechos por el hombre (utensilios de cocina, de mesa o de casa, antigüedades, libros, joyas, monedas, etc.) en un espacio determinado. 


De su vida y formación se conoce poco. Lo más importante es recordar que se caracterizó por popularizar el uso del autorretrato escondido en los objetos que pintaba como una forma de autoafirmación y profesionalización de su trabajo. En el mundo se conservan treinta y nueve obras que llevan su firma, o una inscripción o una imagen propia que permite atribuirlas a esta pintora.


¿Por qué esa necesidad de autorretratarse y firmar? No olvidemos que en la época de la que estamos hablando, siglo XVII, no era frecuente que las mujeres accedieran a estudiar arte y a producir arte, área de la creación humana dominada por los hombres. Hubo mujeres que no firmaron sus obras o que lo hicieron como si se tratara de un hombre para que no perdieran valor. Clara hacía todo lo contrario y pasó a la historia del arte como una de las que se enfrentó al poder establecido y a la narrativa hegemónica. De todos modos tuvo que dedicarse a pintar bodegones pues las pocas mujeres que llegaban al arte tenían terminantemente prohibido pintar cuerpos que requerían la presencia de modelos desnudos. Alguien tan inteligente y célebre como Boccaccio llegó a decir que “el arte es ajeno al espíritu de las mujeres pues esas cosas solo pueden realizarse con mucho talento, cualidad casi siempre rara en ellas”. Solo ubicándose en la mentalidad de la época se valora la valentía de Clara Peeters.


Hoy presentamos esta obra llamada Bodegón con flores, copa de plata dorada, almendras, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre en la que se puede ver todo eso desordenado sobre una mesa, disposición que elige la autora para darle más realismo al conjunto.


En este cuadro Clara se autorretrata en varios lugares: una vez en la copa dorada (en el centro del cuadro) y tres veces en la jarra. En un detalle (abajo en la figura) se pueden observar dos de esos autorretratos en la superficie metálica de la jarra de peltre (objeto indicado en el cuadro arriba con una punta de flecha).


Para muchos autores el bodegón guarda relación con el género Vanitas que son obras en las que aparecen retratos, flores, vinos, joyas, calaveras, etc con el propósito de recordarnos la fugacidad de la vida y la inminencia de la muerte. Así que bien podría ser que las pinturas de Clara Peeters tuvieran un mensaje más profundo que mostrar algunas bellas y perecederas cosas del mundo.

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Bodegón con flores, copa de plata dorada, almendras, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre

Clara Peeters 

1611

Óleo sobre tabla

52 x 73 cm

Museo del Prado, Madrid

Publicada: 16/07/2024

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