No me toques
- 25siete
- 15 abr
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Por Baltasar Aguilar Fleitas

En Semana Santa, o como quieran llamarle, lo religioso es uno de los aspectos que se conmemoran en Uruguay.
La religión es proveedora de innumerables motivos para el arte. Cuando se vincula el arte a las celebraciones de la religión católica en este periodo del año, generalmente se hace referencia a los acontecimientos ocurridos hasta el Viernes Santo, es decir, hasta la crucifixión de Cristo inclusive.
Pocas veces le otorgamos el lugar que se merece al arte que representa lo que aconteció luego del descendimiento de Cristo de la cruz y su sepultura. La resurrección ocurrió al tercer día, es decir, el Domingo de Pascua.
Se cuenta que la primera persona que tuvo contacto con Cristo resucitado fue María Magdalena. Al parecer fracasó en su intento de tocarlo pues éste, eludiéndola, le habría dicho “No me toques” (en latín “noli me tangere”). Este episodio se relata en el Evangelio de Juan, capítulo 20, versículos 11 al 18. Ahí se narra cómo María Magdalena va al sepulcro de Jesús y lo encuentra vacío. Luego, al verlo no lo reconoce, hasta que Él la llama por su nombre: “¡María!”. Entonces se da cuenta de que es Jesús y lo llama “Rabbuní” (que significa maestro). Es en ese momento que Jesús le dice: “No me toques (Noli me tangere), porque aún no he subido al Padre”, y le encarga que lleve el mensaje de su resurrección a los discípulos. Que aún no ha ascendido al Padre quiere decir (entre otras interpretaciones posibles) que todavía no ha ascendido al cielo, cosa que, según la tradición cristiana, ocurrirá 40 días después.
La obra de arte de esta semana hace referencia precisamente a ese acontecimiento, a la comprobación de que Cristo resucitó.
Noli me tangere es un cuadro del pintor renacentista italiano Corregio realizado en torno a 1525. Corregio (1489-1534) tomó ese nombre de la ciudad en la que nació pero se llamaba en realidad Antonio Allegri da Correggio. Vivió en Mantua y Roma en épocas de esplendor de estas ciudades y murió muy joven tras un período de grandes privaciones.
Llama la atención la forma en que el pintor representa a Cristo resucitado: junto a una asada, una pala y un sombrero de paja, que aluden a que María al principio lo confundió con un jardinero. Está vestido con ropa azul y no blanca, considerado el color de la resucitación. Además, su cuerpo está intacto, no aparece siquiera la herida en un costado que le provocara un romano con una lanza estando ya en la cruz. Si a eso agregamos la frase que da nombre al cuadro podemos inferir que Cristo ya no es corpóreo y que no rechaza a María Magdalena sino que la invita a relacionarse con él no físicamente como hasta ahora sino desde la fe.
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Noli me tangere (No me toques) U Can’t Touch This!
Corregio
1525
Óleo sobre tela
103 x 103 cm
Museo del Prado. Madrid
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