No nos blinden tanto
Actualizado: 7 jun 2021
Por Pedro Arzuaga
El domingo 30 de mayo terminó el período de dos meses que el gobierno, aceptando la iniciativa de Rafael Radi, se había propuesto para blindarnos de la enfermedad.
Los resultados son muy malos. El número de contagios de esta semana en Uruguay fue el mayor desde que empezó la pandemia.
Las muertes, por su parte, se redujeron un 17%, mostrando un comportamiento oscilatorio que al momento de escribir este artículo (miércoles 2 de junio) parecería que revierte nuevamente al alza con dos días por encima de los 60 fallecimientos diarios.
Las camas de CTI ocupadas con pacientes de COVID-19 se movieron en sentido opuesto. Subieron durante la semana, llegando a un número muy próximo al máximo histórico, y bajaron lunes y martes.
En la comparación internacional, esta semana no estamos en el primer lugar del mundo ni en contagios de COVID-19 (rubro en qué Bahréin lleva desde hace varias semanas la delantera), ni en muertos por la enfermedad (en que nos superó Paraguay). En ambos casos Uruguay ocupa el segundo lugar del mundo (países con más de 1 millón de habitantes).
El semáforo muestra la comparación de la evolución de la pandemia con la del resto de países del mundo. Como hace muchas semanas, la única luz verde es la correspondiente a la vacunación. Como hace semanas también, los números totales de enfermos y muertos por COVID-19 desde el comienzo de la pandemia empeoran semana a semana.
En la entrevista al Presidente de la República en el informativo Subrayado de Canal 10 de la noche de ayer quedó claro que la única apuesta del gobierno para bajar la mortalidad de la enfermedad es la vacunación. Lamentablemente un aumento significativo en el porcentaje de personas inmunizadas recién ocurrirá a mediados de julio por lo que todo indica que tendremos que llorar a varios miles de compatriotas más.
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