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Parrilla, barrio y algo más

Desde diciembre de 2018 Fer y Pepe le dan vida a La Tira, la parrilla de la esquina de Magallanes y Durazno. Un “espacio de convivencia”, un lugar “para abrigar a las personas que están solas en el barrio y que simplemente se acercan para tomar su cerveza y comer”.

Junto a la puerta, un pizarrón elige un verso de un tema de Juan Casanova. Adentro, el estrés de las comandas se bate con bromas, humo y el volumen del rock de los Redondos o de Charly. En la vereda, vigiladas por un grafitti que censura el consumo de carne, unas pocas mesas bien separadas sobreviven a las recomendaciones del GACH.


Cruzando Magallanes, la Plaza Juan Ramón Gómez muestra primorosos espacios organizados en torno a mesas armadas con cajones de feria y elgantes sillas viejas, de noche iluminadas por velas protegidas por envases de vidrio. Es imposible evadir del movimiento de la plaza donde el bullicio de los jóvenes y el andar cadencioso de los viejos pueden estar templando lonjas, organizando la olla popular, fumado porros o haciendo nada.


Fernanda Rodríguez y José Luis Torres empezaron a dar vida al proyecto de La Tira en diciembre de 2018, para lo que renunciaron a sus empleos. Dice Fer que “fue una necesidad laboral, pero también ganas de darle al barrio algo que ellos podían aportar y para cumplir con un sueño de tener algo propio vinculado a la gastronomía. Pepe cocina desde niño”.

Detectaron esa esquina, que en principio abarcaba escasos 20 metros cuadrados. Dos amigos arquitectos le dieron una gran mano, “las cuatro primeras de otras tantas manos que recibimos a lo largo de estos dos años”.


“¿Cómo le ponemos?”, se preguntaron. A Pepe hablando le salió La Tira y Fernanda dijo: “no busques más, es el nombre”.


La Tira no es solo su sustento económico, es un lugar que hace hincapié en su veta social, dice Fer, “porque está para abrigar a las personas que están solas en el barrio y que simplemente se acercan para tomar su cerveza y comer”. “Dios los cría y La Tira los junta. Es un sitio donde la gente se vincula y eso es lo gratificante”. Para ellos es muy importante que las personas se relacionen y vean en La Tira un lugar para dar vida a esa esquina.


El trabajo es cansador. Fer lleva en su muñeca el reloj que contabiliza pasos y llegó a caminar 18 kilómetros, en idas y vueltas desde La Tira hasta la plaza, donde el Concejo Vecinal permite colocar algunas mesas, ahora debidamente separadas a causa de pandemia.


Pepe y Fer viven cerca, tienen proveedores del barrio, la fachada de la parrilla la modificaron los mismos obreros que trabajaron en la carnicería de enfrente. “Hay una sinergia, porque la promovemos”.


Hablan de La Tira con amor. “Hemos promovido un espacio de convivencia a tal punto, que los vecinos cuidan más cómo tiran la basura en el contenedor que, a todo esto, hubo que reubicar porque la plaza sería un lugar para comer y no podría tener un contenedor muy cerca”.


Dice Fernanda que la parrilla “nos ha permitido conocer muchas personas, cuenta que varias nos han regalado plantas y que hay personas que les han sobrado sillas y almohadones de sus casas y no los han donado”.


La Tira es atendida por Fernanda y Pepe. El Chino se hace cargo de la parrilla porque Pepe quiere atender al público.


La criollita, un dip hecho con morrones y cebolla, se hace en muchos lugares, pero la de La Tira es distinta y es calificada por los habitué como “increíble”.


Y si nunca estuviste comiendo en una parrilla donde la gente pasa por al lado, saluda y dice “buen provecho”, no conociste La Tira.


El horario de verano es de martes a sábados de 19:30 a 23:45 y domingos de 13:00 a 17:00 horas.

Publicación original: 05/03/2021



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