top of page
  • Foto del escritor25siete

Perdón, Diego

Actualizado: 6 mar 2021

Por Dario Manna

Cuando llegaste a Napoli, dijiste:

"Quiero convertirme en el ídolo de los pibes pobres de Nápoles, que son como era yo cuando vivía en Buenos Aires".

Fuiste mucho más, Diego.

Fuiste como el Ché, como Fidel, como Bernini, como Caravaggio.

Único e inmortal.

Siempre con los últimos, los olvidados, en la parte más incomoda, “equivocada”.

Y se vengaron de ti muchos y muchas veces: no podían aceptar que el más grande les gritara a todos la verdad en lugar de halagarlos.

Aún me tiemblan las piernas cuando me acuerdo del sonido de 80.000 personas (o mucho más) cantando tu himno en tu cancha:

Pero aún más me tiembla el corazón acordándome cuando te encontré por las calles de Roma en 2014.

Me acerqué, con cuidado y respeto, y te dije: “Diego, gracias por lo que me diste.”

Me respondiste como nunca me hubiese imaginado: “No pibe. Gracias a vos”.

La verdad es que recién después me enteré que todos sólo te explotamos.

Ninguno puede estar a tu lado simplemente dando, sino siempre pidiéndote.

La mayoría por plata. Otros, por amor, mucho, demasiado.

Esta es la maldición de los más grandes quizás: la soledad, si bien rodeados de gente.

Y yo te amé, Diego. Mucho. Demasiado.

Como jugador fuiste el más grande quizás. Pero como hombre, seguro lo fuiste.

Hiciste mi vida mejor, más linda, más alegre.

Me prometía que, si te hubiese encontrado de nuevo, te hubiese dicho:

“Perdón, Diego. Yo también sólo te pedí.”

Resucitaste muchas veces. Esta será la ultima, y será para siempre.

Quizás encontrarás la paz que nunca te dejamos tener.


Montevideo-Napoli 25 de noviembre 2020

Publicación original: 25/11/2020


bottom of page