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«Poeta chileno», de Alejandro Zambra

Por Inés Nogueiras

“Estos poemas demuestran que la poesía sí sirve para algo, que las palabras duelen, vibran, curan, consuelan, repercuten, permanecen”.


En esta novela hay dos hombres que aspiran a ser poetas —y lo logran, a su manera, cada uno en su tiempo—. También hay dos mujeres: una que es el eslabón que une las vidas de estos hombres y otra que es el eslabón que engancha a la que, en definitiva, es la verdadera protagonista de la historia: la mítica de la poesía chilena.


El libro comienza con un relato más bien clásico que, con una buena dosis de ironía y desparpajo, repasa la vida del personaje principal: sus amores de la adolescencia, los desencuentros y encuentros que ocupan buena parte de sus años jóvenes. A medida que la novela avanza, se producen los igualmente clásicos saltos temporales y cambios de perspectiva, pero también comienzan a ocurrir transformaciones en el estilo narrativo. Aparecen algunos guiños, comentarios y hasta adivinanzas —podríamos llamarlas “rupturas de la cuarta pared”— que terminan involucrándonos (más aún) con el relato. Da la impresión de un narrador que va poniéndose cada vez más cómodo en su rol, como ese invitado que al principio no tiene mucha confianza pero que luego va y se sirve de nuestra heladera.


Es un libro a la vez entretenido y serio, desenfadado y tierno, profundo y jocoso. Se titula «Poeta chileno» —así, en singular—, pero al terminarlo resulta que fueron muchos los poetas que transitaron por sus páginas y muchas las palabras que dolieron, vibraron, curaron, consolaron, repercutieron, permanecieron.


Publicación original: 02/08/2021

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