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Sobre Jurassic World: Dominion y la cuarta temprdada de Stranger Things

Por Martín Coitinho

Antes de pasar a la función principal, me tomo unos minutos para recordarle al lector suscriptor de Netflix que se estrenó en la plataforma la cuarta temporada de Stranger Things.


A mi gusto es una serie espectacular, con la mezcla justa de nostalgia ochentosa, aventura y horror al estilo Amblin.


Pero, por sobre todas las cosas, mientras miraba la serie me di cuenta que aún en sus momentos más flojos (la temporada tiene alguna subtrama que se extiende quizás un poco más de lo necesario) tiene el mérito de contar con personajes realmente entrañables, con quienes queremos compartir más y más tiempo.


Puede no pasar nada importante, y sin embargo el placer de ver (por ejemplo) a Dustin y Steve interactuar, es sencillamente impagable.


Los hermanos Duffer crearon un mundo espectacular y personajes que genera gusto volver a disfrutar una y otra vez.


Muy recomendable.


Jurassic World: Dominion

Probablemente sea mi culpa por ser un apologista de las dos primeras películas de Jurassic World. Para mí la primera tenía algunos puntos a favor, y sobrevivía gracias a ser un homenaje a la primera y original “Jurassic Park”, con el gancho de esta vez tener el famoso parque de diversiones en funcionamiento.


“Jurassic World: Fallen Kingdom”, en cambio, era por momentos ridícula en su premisa, pero aun así me resultaba inevitable admirar lo ambicioso de hacer toda una segunda mitad de la película en un género cercano al terror de casa embrujada. Ese cambio de tono y de reglas de juego la hacían una película interesante, quizás la más destacada de todas las secuelas.


Entonces creí, quizás inocentemente (y seguro que contra los buenos avisos de muchos), que había esperanzas para “Jurassic World: Dominion”, que Colin Trevorrow iba a tener alguna idea brillante, y que incluso el aplazamiento del rodaje por culpa del covid podía llegar a servir para que junto con la coescritora Emily Carmichael pudieran aprovechar para pulir aún más el producto.


El anunciado regreso de Laura Dern, Sam Neill y Jeff Goldblum, además, daba esperanzas de volver a encontrarnos con personajes queridos, casi mitológicos de la infancia y adolescencia de muchos millennials.


Pero no. Nada de eso. Sus regresos solo sirven para que veamos que, en manos poco capaces, los actores no son esos personajes, son solo actores recitando líneas.


“Dominion” tiene una premisa burda, unos giros todavía menos probables que los de películas anteriores, un sinfín de situaciones forzadas, nada de encanto, y sí, algunas escenas buenas de acción. Son estas últimas las que la salvan de ser un aburrimiento absoluto, pero no alcanza, no es para nada suficiente.


La película está llena de guiños y llamados a las anteriores (o más bien a la JP original), pero sin verdadera emoción, sin personajes que se sientan reales, los guiños se sienten como una canchereada tonta y molesta, y son un recordatorio de que existen otras películas de dinosaurios que están buenas. Al final del día, tanto recordarnos “Jurassic Park” hace que deseemos estar viendo “Jurassic Park”.


En un mundo en el que los dinosaurios aparentemente andan sueltos por todos lados, parece triste que ese detalle sea casi anecdótico, y que la historia que se cuenta esté tan lejos de ser algo diferente a lo que ya vimos.


“Jurassic World: Dominion” transcurre en un mundo lleno de posibilidades (tal como quedó planteado al final de la anterior), pero al final del día solo es menos de lo mismo.

Un final indigno para la saga. Una verdadera pena.

Publicada: 31/05/2022

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