Un camino ¿sin retorno?
Por Martín Coitinho
En general en estas columnas (menos frecuentes de lo deseable, lo sé, pero se hace lo que se puede) me gusta hablar de cine. De cine en el sentido de expresión artística, aunque suene casi inocente, en un mundo de franquicias, universos cinematográficos y “contenido”.
La idea es despertar la curiosidad del lector, darle una chance de ver una película de una manera diferente (ni mejor ni peor), o quizás repensar una película que ya vio, estar de acuerdo, discrepar…
Pero a veces es imposible. Primero porque la cartelera no ayuda (en los cines comerciales debe haber con suerte una película que no haya visto y que me genere genuina curiosidad, y de verdad me cuesta escribir cuando algo no me entusiasma), y segundo porque lo que rodea al arte, el negocio puro y duro, cobra una cierta preeminencia.
Como creo mencionamos en alguna columna anterior, hace unos años Disney compró la 20th Century Fox. En su momento esto fue acompañado de múltiples augurios que presagiaban un final sin gloria para el viejo estudio de Hollywood. Y la verdad es que esos pronósticos negativos se han ido cumpliendo.
Disney más Fox no fue una verdadera suma, sino más bien una resta. Un agregado al catálogo del ratón de películas viejas de Fox, privilegiando el streaming (en Disney+, Hulu en EEUU y Star+ por estos lados) algún estreno de películas de este último estudio que ya estaban en producción al momento de la fusión, y poca cosa más.
En los hechos, 20th Century Fox desapareció. Y con ella, una parte importante de la diversidad en los estrenos cinematográficos.
Más recientemente vimos la fusión de Warner (que incluía HBO) con Discovery. Y lo que está pasando es aún más alarmante.
En esta unión el control lo está tomando Discovery, productora de contenidos “unscripted” (programas tipo reality, por ejemplo). Y en el proceso están rompiéndose estructuras importantes.
Durante años Christopher Nolan tuvo su casa en Warner. Ahora “Oppenheimer”, su nueva película a estrenarse en 2023, es producción de Universal.
David Zaslav, el CEO de Warner Bros. Discovery se mostró furioso porque (antes de tomar él el control) se le dio luz verde a “Cry Macho”, de Clint Eastwood. En sus palabras citó una línea de la película “Jerry Maguire”: “es el negocio del espectáculo, no los amigos del espectáculo”. Esa línea, por cierto, dicha por el claro villano de la película.
Warner en días recientes, decidió directamente cancelar dos películas que tenía prácticamente terminadas, “Batichica” y la secuela animada de “Scooby”. Hablamos de producciones de 90 y 40 millones de dólares, respectivamente. ¿El motivo? Los números indicaban que existe un período en el que resulta más provechoso darlas como pérdidas por motivos fiscales que estrenarlas en HBOMax, como era la idea.
No podemos aventurar si se trataba de películas buenas o malas (o potencialmente, porque les quedaban algunos días de producción), y de hecho, se trata de “productos” de franquicia, pero es sin duda indignante que el trabajo de un montón de gente sea desechado de esa forma.
A esto se le suma la cancelación de una cantidad importante de series de HBO y HBOMax, que curiosamente son en general encabezadas por protagonistas que no son necesariamente blancos y heterosexuales. No se ve nada bien.
Es cierto que la época en la que los estudios de Hollywood eran llevados adelante por tipos que soñaban con el cine es tan antigua como mitológica, pero nos hemos ido al otro extremo.
Con Disney (que contiene además Fox, Marvel, Lucasfilm y Pixar) teniendo a la cabeza a un CEO que vino del área de los parques temáticos, y Warner Bros. Discovery con uno que no oculta su desprecio por el contenido de ficción, no cabe más que sentir que el mayor mercado del cine se encuentra en un momento nada auspicioso.
El tiempo dirá qué va a ocurrir, pero cuesta ser optimista en estas circunstancias.
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