Un gran poeta y un pintor extravagante
Por Baltasar Aguilar Fleitas
Mañana, 24 de agosto, se cumple aniversario del nacimiento del escritor argentino Jorge Luis Borges.
Borges fue uno de los más profundos escritores y poetas del siglo XX.
Nació en Buenos Aires el 24 de agosto de 1899 y murió en Ginebra el 14 de junio de 1986.
No recibió el premio Nobel de literatura por razones completamente ajenas a la literatura. Tuvo y tiene menos lectores que admiradores y detractores. Fue partidario de la revolución rusa, ultraísta, conservador, ateo, anarquista spenceriano…ciego desde los 55 años, vivió modestamente con modales aristocráticos, practicó el raro oficio de la polémica sin levantar la voz y sufrió el embate de los que sostienen que toda obra de arte debe tener implícita o explícitamente un contenido político (no saben lo que se pierden).
Tuvo muy pocos amigos: Macedonio Fernández, Bioy Casares, Ulyses Petit de Murat, Manuel Peyrou…Aunque la poesía, los cuentos y los ensayos de Borges son en sí magníficas obras de arte, el aniversario de su nacimiento es adecuado para conocer a uno de esos pocos amigos, el pintor Xul Solar.
Xul Solar fue un multifacético personaje a quien Borges admiraba. Xul fue pintor, inventor, escultor, escritor, músico, esoterista, astrólogo…¿quién dijo que solo la ciencia y el arte clásico son capaces de captar toda la realidad?
Xul Solar nació en San Fernando, Argentina en 1887, y falleció en Tigre en 1963.
Inventó cosas tales como un nuevo idioma que llamó panlengua y un juego total, síntesis de todos los juegos, al que designó como panajedrez…
Borges dijo de Xul Solar: "Hombre versado en todas las disciplinas, curioso de todos los arcanos, padre de escrituras, de lenguaje, de utopías, de mitologías, huésped de infiernos y de cielos, autor panajedrecista y astrólogo, perfecto en la indulgente ironía y en la generosa amistad, Xul Solar es uno de los acontecimientos más singulares de nuestra época. Sus pinturas son documentos del mundo ultraterreno, del mundo metafísico en que los dioses toman la forma de la imaginación que los sueña" (J. L. Borges, Prólogo catálogo exposición. Buenos Aires, Galería Samos, 1949.)
Borges cuenta que en cierta ocasión le pidió un artículo a Xul Solar y que este le preguntó si lo firmaba o no, a lo que Borges le dijo que mejor no lo hiciera. Xul le entregó un excelente artículo en español y Borges se felicitó de haberle dicho que no lo firmara porque de lo contrario lo hubiera escrito en su idioma y hubiera sido ininteligible.
Patricia Artundo, curadora de exposiciones de obras de Xul, afirmó: "Eran amigos y pares. Borges lo encontraba absolutamente estimulante, sobre todo cuando Xul hablaba del enriquecimiento del idioma; encontró en él una persona que era capaz de pensar de otra manera, de salir de las normas impuestas por la Academia"
[…]
"Sus diálogos excedían sus respectivas disciplinas, en el sentido de que ni Xul estaba limitado a su pintura ni Borges a la literatura. Tenían otros intereses que los acercaban, otras afinidades. Podían mantener un diálogo en términos intelectuales pero a la vez creativos, además de lo puramente afectivo".
La obra de arte de hoy es este cuadro de Xul Solar, llamado Drago, pintado en 1927.
En momentos (uno de los tantos) en que se procuró estrechar los lazos entre América y España, probablemente para enfrentar el avance del idioma francés, iniciativa que se consideró como neocolonialista, Xul Solar respondió pintando un hombre, un nuevo hombre, un neocriollo que emprende la conquista de Europa montado en un dragón adornado e identificado con las banderas de los países americanos. Una obra que parece escolar pero con un fuerte mensaje: es una inversión, una deconstrucción de los viajes de la conquista, similar a la deconstrucción geopolítica que hizo Torres García en su Nuestro Norte es el Sur.
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