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Una cena humilde

Por Baltasar Aguilar Fleitas

A Velázquez no hay con qué darle.


Esta es una obra de juventud del pintor sevillano (1599-1660), fechada en 1618, es decir, la pintó a los 19 años.


Este cuadro ha recibido varias críticas en cuestiones tales como composición, perspectiva, etc, pero es una gran obra. Se llama Vieja friendo huevos y está en un museo de Escocia.


Se observa a una anciana que está friendo huevos en una cazuela. Con su mano derecha maneja una espátula de madera y en su mano izquierda sostiene otro huevo que se dispone a cascar.


Se le acerca un chico que trae un melón de invierno y un recipiente probablemente con vino. Huevos fritos, melón y vino: cena humilde pero nada mal.


Me gusta imaginar que la anciana se sorprende con la llegada del chico y que ese melón fue comprado con mucho sacrificio o, quizás, fue robado; en ese sentido me recuerda las pinturas de niños pobres de Murillo, también sevillano y contemporáneo de Velázquez.


Hay allí enseres de cocina, unas guindas y una cebolla colorada. La luz viene desde la izquierda (como en las pinturas de Vermeer) y es magistral cómo se las arregla Velázquez para reflejarla de manera distinta según el material del cacharro. Todo esto sobre un fondo oscuro en el que cuelga un canasto.


Algunos detalles:

- la anciana cubre la cabeza con una tela muy sucia y tiene la mirada perdida por lo que

se puede especular que sea ciega;

- los huevos están en plena cocción y van perdiendo la transparencia de la clara que se torna opaca y blanquecina;

- el manejo de la sombra, por ejemplo la del cuchillo en el plato;


- y por último un detalle médico: las manos artrósicas de esa mujer con una tumefacción en la base del pulgar izquierdo. En varios cuadros Velázquez pintó patologías…


Una representación de un momento, un instante de la vida del pueblo humilde hecha por un maestro del arte.

Publicada: 06/09/2022

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