Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie
Por Inés Nogueiras
"Yo vengo de un país donde la raza no era motivo de conflicto; no pensaba en mí como negra, y me convertí en negra precisamente cuando llegué a Estados Unidos".
En una coyuntura en la que parece más que oportuno poner sobre la mesa temas como feminismo, raza e inmigración, acercarse a novelas como Americanah, de Chimamanda Ngozi Adichie (Nigeria, 1977), puede abrir nuevas perspectivas y sensibilidades.
Con un toque de humor, bastante irreverencia y una forma de narrar cálida, accesible, la escritora y activista relata la historia de amor entre Ifemelu y Obinze, dos jóvenes que deben separarse debido al difícil contexto político y social de Nigeria -del que los uruguayos sabemos más bien poco-.
En la piel de Ifemelu, y a través de un blog en el que describe la realidad de ser una inmigrante negra en Estados Unidos, los lectores asistimos al desafío del desarraigo, a las complicadas vueltas del amor, y también a la curiosa realidad del rearraigo en un país de origen que recibirá a Ifemelu, varios años después de su odisea, como una “americanah”.
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