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Arte, candombe y carnaval

Por Baltasar Aguilar Fleitas

Hoy es martes de Carnaval y en Uruguay tenemos un poderoso motivo para hablar de arte pictórico vinculado a esta fecha.


Que el Carnaval es un festejo popular con sólidas raíces en nuestro país, no necesita demostración. De ese hecho hay que alegrarse en una época de anhedonia social y muerte de rituales. 


El carnaval uruguayo, que se caracteriza por ser muy prolongado, también tiene sus peculiaridades dadas por la presencia de las murgas y el candombe.


El candombe es el nombre genérico que reciben diferentes danzas de origen africano. Nace a fines del siglo XVIII de la conjunción de los más de veinte pueblos africanos que fueron traídos como esclavos a esta región. Los esclavos se reunían a entonar sus cánticos y bailar al ritmo de los tambores. De esa forma adherían a esta expresión musical y religiosa y la difundieron en la sociedad.


El candombe no es exclusivo de nuestro país, pero el candombe uruguayo ha sido declarado  patrimonio cultural de la humanidad. 


Como reconocimiento a esta fecha y a esta danza presentamos hoy una obra del pintor uruguayo Pedro Figari: Candombe a la luz del farol.


Pedro Figari (1861-1938) fue un pintor nacido en Montevideo, hijo de acomodados inmigrantes italianos. Se recibió de abogado, y en esa condición ejerció como Defensor de Pobres. Ganó prestigio al resolver el famoso caso del crimen de la calle Chaná o caso del alférez Enrique Almeida, injustamente acusado como responsable de dicho asesinato ocurrido el 14 de octubre de 1895, en la esquina de  Chaná y Arenal Grande donde es ultimado el joven militante nacionalista Tomás Butler.(1)  Figari fue periodista y diputado por el Partido Colorado. También ejerció como director de la Escuela de Artes y Oficios y allí trabajó en favor de su idea del arte en el mundo: “Figari estaba convencido de que el arte debía aplicarse a la industria en la fabricación de objetos que se usen todos los días, como  muebles y diseños de telas. Creía que una silla o un plato podían ser una obra de arte, sin importar que fueran objetos para usar y no para contemplar, como los cuadros y las esculturas”.(2) No obstante, decepcionado por la incomprensión, renunció al cabo de dos años. Figari también se destacó en el proceso que condujo a la abolición de la pena de muerte en 1909. A partir de los 59 años se dedicó íntegramente a la pintura primero en Buenos Aires y luego en París. Murió a los 77 años en Montevideo.


Candombe a la luz de un farol, a diferencia de las escenas de campo de muchas de sus obras, es una pintura de ciudad, transcurre en un conventillo. Allí se ve que todos bailan bajo esa luz amarilla con sus ropas típicas y coloridas dando al conjunto un movimiento muy disfrutable.


Pero dejemos hablar a los que saben y de paso desacartonemos el arte. La conjunción de la pintura y la música es capaz de enlazar pasado y presente y generar en las telas ritmos contagiosos. Si quieren ver danzar las magníficas obras que realizó Figari sobre el candombe y escuchar buena música, pues no se pierdan la composición Candombe para Figari de Ruben Rada y Hugo Fattoruso en este enlace.


Candombe a la luz de un farol.

Sin fecha.

Óleo sobre cartón.

60 x 80,5 cm.

Acervo Museo Juan Manuel Blanes.

Intendencia de Montevideo.


  1. https://www.museofigari.gub.uy/innovaportal/file/11542/1/figari_-_el_crimen_de_la_calle_chana.pdf

  2. Emma Sanguinetti. Pedro Figari. Montevideo: Penguin Random House Grupo Editorial; 2023: 12

Publicada: 13/02/2024

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