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#Balance2021 - La dialéctica de la Economía: buenas y malas noticias

Por Daniel Olesker

Desde que me inicié en los estudios de la Economía comprendí que, como, ciencia social, la Economía Política tenía ciertas reglas que daban contexto a cualquier análisis que quisiéramos hacer.


La primera se refiere a que la Economía, al ser una ciencia social, sus resultados no son homogéneos y deben ser analizados desde la perspectiva de cómo afectan a diferentes grupos de la sociedad.


La segunda se refiere a que ninguna variable de por sí asegura un nivel de desarrollo adecuado. En particular el crecimiento en sí mismo no es una buena noticia aislada; depende de sus efectos y en particular depende de cómo se distribuyen las ganancias de dicho crecimiento.


Tercero, que en una economía donde predominan las reglas del mercado, la desigualdad es inherente al proceso de producción y por lo tanto es relevante la participación del Estado para amortiguar ese efecto y contribuir a un reparto más justo de la riqueza creada.


Cuarto, que frente a situaciones de crisis, la salida a dicha situación tiene como base una recomposición de la ganancia de la inversión y el capital debido a una reducción de costos laborales a partir de una expansión del desempleo y el subempleo que facilita a las empresas a abaratar el costo del trabajo y al mismo tiempo un proceso de quiebre de pequeños capitales que no resisten la crisis y que da mayor capacidad de competencia a las grandes empresas.


A lo largo de la historia estos elementos se han mantenido y son elementos claves para entender y proponer un análisis en el hoy.


Es en esa perspectiva que debemos analizar el balance de dos años de gobierno que ha hecho la Ministra de Economía en estos días.


La ministra ha anunciado cuatro buenas noticias.

a) La economía crece.

b) El empleo se recupera.

c) El déficit fiscal baja.

d) La pobreza baja.


Como decíamos en el arranque, desde el punto de vista metodológico, lo peor que podemos hacer es relativizar las conclusiones, minimizar sus logros o buscarle causas ajenas al proceso de acumulación. Lo que sí es nuestra tarea analítica es contextualizar dichos buenos resultados, en términos de la Economía Política, como dije al comienzo.


Empecemos por el crecimiento. Como me pregunte antes: ¿es bueno el crecimiento económico? Depende, y eso es lo que ahora quiero analizar.


El crecimiento económico fue de los sectores exportadores y grandes empresas, fundamentalmente ligadas al sector agro exportador y la industria manufacturera también ligada a la exportación. Esta evolución estuvo ligada a una coyuntura favorable de precios internacionales y un aumento importantes de las compras de China, pero también a un empuje inicial muy relevante del valor del dólar y a una reducción de costos tanto salariales (de lo que hablaremos más adelante), como de los costos de sus tarifas, con postergaciones de aumentos de cara a zafras de la producción agroexportadora.


Es decir, una coyuntura externa favorable y un gobierno que articuló las políticas económicas para fortalecer esta coyuntura externa favorable.


Pero al mismo tiempo, para el 67% de empresas medianas y pequeñas que trabajan para el mercado interno, la situación fue distinta. Sus ventas están relativamente estancadas y su recuperación pos crisis es aún incipiente, en algunos casos inexistente y seguramente (aunque aún no están los datos) han generado un alto endeudamiento para su futuro.


Y si bien no existen datos, la realidad muestra que se están dando en el área de la industria, el comercio de grandes superficies, las cadenas de restoranes, procesos de concentración y expansión de los grandes capitales.


O sea que dentro del proceso de producción propiamente dicho, el crecimiento está muy concentrado, tal como nos hubiera adelantado el enfoque teórico del que hablé al comienzo.


Pero si ahora vamos al proceso de distribución, que es la “prueba del nueve” sobre los frutos del crecimiento, vemos que el salario real está cayendo, que las jubilaciones reales están cayendo y que por lo tanto la mayoría de los hogares (70% de los hogares tienen como ingreso principal un salario o una jubilación) están perdiendo poder de compra.


O sea, este crecimiento económico, así como es concentrado dentro de las empresas, también lo es en las relaciones capital/trabajo, con un despegue de la tasa de ganancia a costa de la reducción del costo salarial.


Y eso nos lleva a la segunda buena noticia.


Hay un crecimiento del empleo. Pero cuál es la razón principal de este crecimiento del empleo? La que expusimos al inicio: una expansión de la reserva de mano de obra (desempleados, subempleados, desalentados que se van a sus casas a la espera de la mejora de la situación) que facilita a las empresas (en el caso uruguayo ayudados ) y es trabajo más barato y por ende mejores condiciones para invertir y mayor tasa de ganancia a costa del trabajador/a.


Y cuando caen los salarios, caen las jubilaciones y esto nos lleva a la tercer buena noticia.


El déficit fiscal bajó claramente impulsado por retrograda regla fiscal de la LUC, cuyo meta central es restringir gastos con independencia de lo que le pase a los ingresos.


El cuadro 1 nos muestra donde estuvieron las principales causas que mejorar el resultado fiscal.

Del lado de los gastos:


a) una baja sustancial de los salarios públicos que tuvo como fundamento ajustes por debajo de la inflación, con pérdida de salario real para los trabajadores sumando a una reducción del personal ocupado (casi 2 mil personas en Administración central, sin contar policía y defensa), fruto de la norma de la no provisión de vacantes (régimen de 3 x 1).


b) Una reducción de las pasividades, fruto también del ajuste por debajo de la inflación que más que compensó el ingresos de nuevas pasividades.


c) Una reducción de la inversión pública, en especial en vivienda, salud y educación.


d) Si bien aún no están los datos definitivos, se puede estimar, igual que en 2020, una baja de los gastos de educación y vivienda, cuyo peso es relevantes en el presupuesto nacional.


e) Reducción del peso de los intereses de la deuda pública.


Por ello, el ajuste fiscal que permitió esta buena noticia para el equipo económico, se hizo sobre la base de una gran caída del gasto y no fue necesario aumentar impuestos, como en el ajuste fiscal de 1990, 1995 y 2000. Es verdad que hubo aumentos de impuestos menos visibles, como la reducción del descuento de IVA en los pagos con medios electrónicos o la elección del Índice Medio de Salarios para ajustar la Base de Prestaciones y Contribuciones (BPC) que fija las franjas del IRPF y el IASS. Pero la base de la mejoras fiscal estuvo en la reducción de gasto, actuando sobre variables de alto impacto en la vida de los ciudadanos.


De cualquier manera, como muestra el cuadro, la recaudación aumentó, y la distribución de los aumentos de la recaudación se muestran en línea con este razonamiento, como muestra el gráfico 1.

Los aumentos se dieron en el IRAE (ganancia de las empresas) IRPF categoría I (rentas del capital) y cayó el IRPF categoría II (rentas del trabajo).


Un dato adicional que muestra la orientación con que diseñan su política, es que en la presentación de la Ministra dijo que la meta fiscal era un aumento del gasto de 2,3% y el aumento fue de 1,7%. Es decir, en un contexto de situación crítica para una buena parte de la población, despreciaron 300 millones de dólares (ese monto es la diferencia entre el 2,3 y el 1,7%) en lugar de apoyar las políticas de vivienda por ejemplo.


La cuarta buena noticias es que la pobreza bajo en 50 mil personas, aún cuando sigue por encima de 2019, ya que en 2020 había aumentado en 100 mil personas. Además de las aclaraciones metodológicas que ya se han hecho sobre el escaso impacto en la pobreza infantil. Seguramente esto tiene que ver con la recuperación del empleo y las transferencias monetarias que, en bajo monto, pero se incrementaron en 2020 y 2021.


Sin embargo, mientras la pobreza baja, la desigualdad aumenta. Aún no tenemos los datos del índice de Gini, pero sí tenemos la distribución funcional entre salarios y ganancias.

El grafico 2 nos muestra que la caída fue parte en 2020, pero el crecimiento de 2021 fue muy superior en producto que en masa salarial.





Síntesis

En síntesis el gobierno, tal como se preveía, tiene un modelo económico muy claro. Apuesta a recuperar la ganancia del capital. Se consolida un modelo de crecimiento que si lo miramos solo desde la perspectiva del crecimiento es en V. Sin embargo retomo la idea inicial de que el crecimiento solo no significa nada. Por eso la mejor letra que representa al año 2021 es la letra K, mientras el PIB y las exportaciones crecen, los salarios y las jubilaciones decrecen.


De esta manera, el modelo llevado adelante por el gobierno es excluyente y heterogéneo, solamente unos pocos sectores privilegiados se apropian de las ganancias derivadas crecimiento económico.


Por ello para finalizar quiero decir que el debate es entre duplas:


Crecimiento para grandes corporaciones, estancamiento para la mayoría de las empresas.


Mayor empleo, porque se pagan peores salarios.


Menor déficit porque cae inversión pública, salarios y jubilaciones.


Menor pobreza, pero mayor desigualdad.

Publicación original: 19/02/2022






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