COVID-19: soluciones milagrosas como el dióxido de cloro traerán intoxicación y muerte
Actualizado: 26 ago 2021
No hay evidencia científica que avale la indicación de dióxido de cloro para ninguna enfermedad. La Dra. Amalia Laborde, directora del CIAT y de Departamento de Toxicología de la Facultad de Medicina, respondió a 25siete.
- El dióxido de cloro ha estado presente en los medios de comunicación como un posible recurso médico para la prevención o el tratamiento de COVID-19, ¿cuál es la evidencia científica actual sobre esa posible aplicación?
- El dióxido de cloro es una sustancia oxidante (no oxigenante) que actúa como desinfectante de materiales y superficies, al igual que otros compuestos clorados, por liberar cloro altamente reactivo. No hay estudios preclínicos o ensayos clínicos que sugieran eficacia preventiva o terapéutica de soluciones de dióxido de cloro como medicamento para COVID-19 u otra infección.
Una revisión publicada recientemente plantea el potencial uso de dióxido de cloro como desinfectante de la vía respiratoria superior a través de gotas nasales o hisopos impregnados, pero el estudio está basado en cálculos teóricos y sus autores son los profesionales que producen la solución desinfectante.
Solamente se han autorizado en Bélgica y Reino Unido soluciones para tratamiento tópico de uso odontológico.
- ¿Esa sustancia tiene indicación para el tratamiento de otras enfermedades?
- No hay guías o protocolos terapéuticos basados en evidencia científica que incluyan la solución de dióxido de cloro para el tratamiento de ninguna enfermedad.
- ¿Pero cuáles son sus usos?
- Se usa como desinfectante de superficies o materiales, incluyendo materiales médicos, y principalmente como desinfectante del agua a concentraciones muy bajas. La concentración máxima admisible de dióxido de cloro en el agua de beber es de 0,8 miligramos por litro (80 ppm). Se usa ha usado en odontología como desinfectante tópico.
- ¿Cuáles son sus efectos tóxicos?
- Los efectos tóxicos, como en cualquier otra sustancia, dependen de la dosis y el tiempo de exposición. En las redes sociales se menciona la preparación del producto a partir de sus precursores (la solución se mantiene activa corto tiempo). Se menciona que la solución a ingerir debe alcanzar los 3000 ppm (casi cuarenta veces más que la máxima concentración admitida en el agua), por lo que si se ingiere en forma repetida es esperable que ocurran síntomas de intoxicación.
La preparación artesanal o casera expone también a errores de concentración. A mayor concentración mayor severidad de los efectos tóxicos del cloro.
El cloro es un fuerte irritante y en concentraciones elevadas es corrosivo. Produce inflamación, desnaturalización de proteínas de la membrana celular y en casos graves lleva a la necrosis del tejido. El cloro absorbido causa oxidación de la hemoglobina con destrucción de los glóbulos rojos y falla renal.
Los casos reportados y presentados en recientes eventos científicos virtuales latinoamericanos muestran cuadros de esofagitis, gastritis, duodenitis y casos más graves en niños en los que se asocia además, hemolisis y falla renal.
- Los medios han mostrado a presidentes de potencias mundiales aconsejando consumir dióxido de cloro, ¿cuál cree que puede ser la consecuencia de un consumo masivo de ese tóxico?
- Efectivamente, los medios han mostrado presidentes aconsejando una serie de fármacos (registrados para otros usos) que hoy, luego de ensayos clínicos, no han mostrado efectividad.
Sí comenzaron a reportarse intoxicaciones por esos productos (por ejemplo hidroxicloroquina y también dióxido de cloro). La consecuencia del uso masivo puede ser el aumento de los casos de intoxicación y de muertes por complicaciones asociadas al efecto corrosivo del dióxido de cloro.
- ¿Algo más que desearía comunicar a la opinión pública?
- Sí. Es común observar desde la práctica de la toxicología clínica que personas que sufren una enfermedad potencialmente grave, que las investigaciones no muestran una respuesta curativa, son atraídas por curas o soluciones milagrosas sin efectividad comprobada y sin un balance-beneficio. En el caso de COVID-19 las medidas preventivas de distanciamiento físico, tapabocas e higiene de manos, muestran alta efectividad. Nuestro país tiene un sólido sistema de salud pública, muestra buenos resultados preventivos y buenos resultados terapéuticos, no es necesario recurrir a soluciones milagrosas y peligrosas.
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