La noche como se siente y no como se ve
Por Baltasar Aguilar Fleitas
Pasado mañana, 30 de marzo, se cumplirá aniversario del nacimiento de Vincent van Gogh. De pocos artistas se ha hablado tanto como de Van Gogh. Nació en Países Bajos en 1853 y murió en Francia en 1890.
No conoció la fama que hoy le acompaña; vivió pobre, en vida vendió solo un cuadro y nunca se enteró de las cifras millonarias que se pagan por sus obras en la actualidad; la locura le trajo graves encontronazos con la vida y frecuentes internaciones pero también oportunidades creativas; tuvo amistades tormentosas como la que inició con el pintor Gauguin, con quien finalmente tuvo una fuerte discusión; como consecuencia de esa ruptura se cortó una oreja (hay quienes dicen que se la cortó Gauguin); son famosas las cartas que intercambió con su hermano Theo que fue su mecenas y quizás su único verdadero amigo; es fácil de reconocer el amarillo y la luminosidad que predominan en la mayoría de sus cuadros; ha dado mucho que hablar su suicidio y los presuntos mensajes que envió como anuncios de su trágica decisión; en fin, toda eso y más forma parte de una breve -37 años- pero intensa historia personal.
Hoy presentamos a modo de homenaje uno de sus cuadros más famosos y de las pinturas más conocidas del arte occidental: La noche estrellada, realizada en 1889 pocos meses antes de morir; es un óleo sobre lienzo, de 74 cm por 92 cm y se encuentra en el Museo de Arte Moderno (MOMA) de New York.
En la obra vemos dos planos: uno terrenal y otro celestial, separados por una línea oblicua de colinas que asciende hacia la derecha. En la tierra hay quietud y predominan las líneas rectas. Se ve un poblado y destacan dos verticales: la torre de una iglesia y árboles que son cipreses. El cielo, en cambio, se muestra en movimiento, predominan las curvas: dos grandes vórtices o espirales y, entre medio, once estrellas y una luna en cuarto creciente. Las estrellas están rodeadas por gruesos halos luminosos hechos con pinceladas espesas.
Noche estrellada fue pintada en junio de 1889 durante una internación voluntaria de Van Gogh en un asilo y sanatorio siquiátrico de Saint-Rémy-de-Provence. Lo que allí se representa es la vista que Van Gogh tenía desde su ventana pero no se trata de una pintura realista sino de una recreación subjetiva, expresionista. No es ese exactamente el paisaje que veía Van Gogh sino la inspiración que ese paisaje, como una llama que ilumina la realidad, es filtrado según una rica subjetividad, un determinado estado de ánimo y también, por qué no decirlo, de un posible estado alucinatorio, de los que frecuentemente presentó en esa época. De ahí el título de este articulo. Pero hay que aclarar que las obras de Van Gogh no estuvieron nunca guiadas por su enfermedad mental. Siempre fueron producto de una concepción muy lúcida y de un estilo personal buscado trabajosamente.
¿Cuál es el mensaje que nos transmite el pintor en esta obra? No lo sabemos con certeza. Se ha escrito mucho sobre eso pero él nunca le dio demasiada importancia a este cuadro. Hay muchas hipótesis -por ejemplo que se trata de un anticipo de su final porque los cipreses son los árboles de la muerte ya que están frecuentemente en los cementerios-, pero hay en esas hipótesis mucho de narcisismo y exceso interpretativo de críticos e historiadores de arte. En última instancia, nada de eso importa demasiado. Que se haya suicidado meses después de pintar este cuadro es más o menos lo mismo que decir que se suicidó tiempo después de tomar agua. Siempre nos morimos después de algo. Ese algo que nos sucede a veces es la causa directa de la muerte como el tiro que se pegó en el pecho, otras veces es efectivamente un aviso y otras no es nada especial, en este caso un cuadro más en su vida.
Lo cierto es que se trata de una obra de arte excelente, llena de interrogantes sobre esa particular mirada del paisaje y con ese cielo mágico, tan original, tan revuelto y luminoso…
Recomendaciones sobre Van Gogh:
- El loco de pelo rojo, película norteamericana de 1956 dirigida por Vincente Minnelli con Kirk Douglas, James Donald y Anthony Quinn.
- Los sueños de Akira Kurosawa, película de 1990 del gran director japonés. Son ocho sueños, el llamado “Cuervos” se refiere a Van Gogh, encarnado por Martín Scorsese, aunque la obra de base no es la que presentamos hoy sino otra genial realización del pintor holandés.
PD: Van Gogh se cortó la oreja izquierda, la envolvió en un papel y se la regaló a una prostituta. En los autorretratos aparece con la oreja derecha vendada pero eso es debido a que utilizó un espejo para pintarse. Recuerden: fue la izquierda la mutilada. Información útil para los que desean triunfar en concursos de arte y cultura donde no se les ocurre otra pregunta sobre Van Gogh que esa: ¿qué oreja se cortó? Anótenlo, es una fija, no falla nunca…
