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Palo en la rueda o “apelar al voto del pueblo”

Por Edgardo Rubianes

El lunes 31 de enero los partidos integrantes de la coalición gubernamental realizaron una conferencia de prensa para lanzar la campaña de defensa de la Ley de Urgente Consideración (LUC), en particular los 135 artículos que fueron impugnados por 800.000 firmantes y que serán sometidos a referéndum.


Allí estaban la máximas autoridades de los partidos Nacional, Colorado, Independiente, Cabildo Abierto y de la Gente, quienes fundamentaron de variada forma la importancia de mantener íntegramente vigente todo el articulado de la LUC y por tanto de votar la papeleta por No a la derogación el próximo 27 de marzo.


Uno de los argumentos, reiterado el lunes y que viene siendo utilizado crecientemente por voceros gubernamentales y partidarios, consiste en reivindicar el “derecho” del gobierno a poder gobernar y sostener que la oposición al promover el referéndum lo está impidiendo.


El presidente del directorio del Partido Nacional, Pablo Iturralde, afirmó: "Sentimos que lo que nos están cuestionando es el derecho a gobernar, que nos fue concedido legítimamente por la ciudadanía". El líder del Partido Independiente, Pablo Mieres, en similar sintonía sostuvo: "la intención de quienes promueven éste referéndum es ir contra el gobierno, contra una gestión que está transcurriendo recién su segundo año y que fue elegido para gobernar por cinco años”. Previo a la conferencia el diputado Felipe Schipani, responsable del No por el Partido Colorado, manifestó a La Diaria: “Lo que está en juego, más allá de los artículos específicos, es el derecho a gobernar que tiene esta coalición”. El argumento, transformado en muletilla, equipara promover un referéndum a un supuesto comportamiento antidemocrático de sus promotores y es simbolizado como poner un palo en la rueda. El argumento es totalmente inconsistente, el referéndum es un instrumento de iniciativa popular que se encuentra en nuestra constitución, y en la de muchos otros países, desde hace muchas décadas.


Lo que sí es posible observar es una incoherencia al respecto que cobra particular significación en boca de los colorados de nuestros tiempos. Sentado en esa mesa de autoridades partidarias se encontraba Julio María Sanguinetti, secretario general del Partido Colorado. Este 1972, ya había adelantado opinión general sobre el tema en el marco de la discusión de la ley de enseñanza por el mismo promovida, también vehiculizada como de urgente consideración. En la oportunidad había afirmado:


“He dicho también que si los que entienden que esta ley no debe ser aprobada quieren apelar al pueblo, que busquen firmas y recurran al plebiscito, que creo que eso le hará bien al país y a también a la ley. He manifestado más de una vez y lo repito que hubiera deseado fervientemente que nuestro sistema constitucional permitiera el plebiscito previo, la consulta al electorado antes del envío del proyecto. Desgraciadamente no es así. Pero en nuestro sistema constitucional, el plebiscito existe como recurso contra las leyes Quienes creen que esta ley es impopular, que junten firmas, que apelen al voto del pueblo.”


Como bien lo sostuviera Batlle y Ordoñez, hace nada menos que 106 años atrás, nada más lejos de lo antidemocrático son “los referéndum”. El recordado sólo en fríos homenajes sostenía “el referéndum supone la intervención directa del pueblo en la orientación fundamental de la política del Estado….sólo un pueblo tiranizado renunciaría de declarar su voluntad por procedimientos políticos permitidos”.

Eso es, ni más ni menos, lo que hemos hecho 800.000 uruguayos cuando firmamos y promovimos el referéndum. No renunciamos a apelar al pueblo para éste sea quien decida.

Publicación original: 01/02/2022






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